A DIESTRA... Y cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo en San Lázaro, resulta que Cuauhtémoc Blanco, sí, el ídolo pambolero convertido en político, fue blindado con fuero de titanio gracias a los 291 votos que le echaron la mano para que ni lo toquen, y entre esos votos, ¡zas! que aparecen los de los priistas chihuahuenses Alejandro Domínguez y Graciela Ortiz, bien puestos y formaditos para defender al compadre. Mientras tanto, la diputada juarense Lilia Aguilar del PT sí le echó valor y dijo “¡ni maíz paloma!”, y votó en contra junto a su bancada, dejando claro que al menos algunos no andan repartiéndole la absolución al Cuauh nomás porque fue bueno con el balón. Y eso que en su propio partido hubo quienes también querían que enfrentara la justicia, como Gaby Jiménez, que se aventó tremendo discurso defendiendo a las víctimas. Pero al final, entre gritos de “¡no estás solo!” y una Morena medio partida, el exgobernador salió mejor parado que en una liguilla. Así se vive la política en México, donde el fuero vale más que la fama, y la justicia... pues sigue en la banca.

Y SINIESTRA... ¡Y que se arma el mitote en el chat del gabinete! Resulta que Pedro Oliva, subdirector de Gobernación Municipal, se le fue la onda y, según él, por andar en la carrilla con un compa, terminó reenviando en el grupo de trabajo una imagen de una mujer semidesnuda con la fina leyenda “lo que nos comimos balón”. El detalle es que no era cualquier grupo, ¡era el de la síntesis del gabinete municipal! O sea, puro alto mando de la administración de Marco Bonilla. Dicen que se puso tan pálido como fantasma cuando le habló el alcalde para jalarle las orejas. El funcionario salió a disculparse, dijo que fue una broma, que se subió al “tren de los memes”, y que no es su estilo… aunque a estas alturas ya todos sabemos que los chats de trabajo no son para compartir “piolines cachondos”. El chisme es que el Órgano Interno de Control ya le anda echando ojo, y aunque no lo han notificado, él ya se puso en modo “asumo todo” por si cae la Ley Olimpia. Lo curioso es que más allá de la regada, la filtración en sí también pone en jaque la seguridad del gabinete… porque si eso se les chispotea, imagínese usted qué no se les escapará. Total, que este escándalo dejó a más de uno viendo con lupa qué comparte, porque una cosa es pasarse de chistoso, y otra que te pasen al departamento jurídico.

AL CENTRO... Y que se arma el zafarrancho empresarial en la CANACO Chihuahua, donde Sahir Rentería Lugo, aspirante a consejero y con todo el porte de empresario decente, salió a denunciar que no lo dejaron ni entrar a la pista. Según él, el proceso de registro de planillas se les cerró como puerta de antro a las 3 AM, con trabas que huelen más a “te aviso si me caes bien” que a reglas claras. El famoso certificado de residencia, que nunca se había pedido, ahora lo exigieron en cuatro horas —cuando el trámite normalmente tarda más que sacar cita con el SAT—, pero curiosamente los otros candidatos lo tenían ya listo, planchado y perfumado, como si se los hubieran adelantado con tiempo. Rentería, con tono de empresario dolido pero con valores, dice que no va a entrarle a las descalificaciones... pero con esta tirada ya sacó más chisme que cualquier rueda de prensa. Así que aguas, porque parece que hasta en la grilla empresarial hay favoritos, candados y patadas por debajo de la mesa.

A DIESTRA I...  Vaya que la elección de jueces en Chihuahua ya empezó a sacar chispas y ni siquiera ha arrancado formalmente. Por un lado, Alfredo Chávez, coordinador panista, salió con voz de sabio zen a pedirle a los partidos que “no se metan” en el proceso, como si fueran chamacos peleando en el recreo, pero sin dejar de recordar que su bancada se opuso a todo esto desde el día uno. Por el otro lado, Cuauhtémoc Estrada, de Morena, anda rezando para que al menos pasemos del 10% de participación ciudadana, porque los lineamientos están tan apretados que ni los políticos pueden invitar al voto sin que les caiga el INE con todo el peso de la ley. O sea, quieren que la gente vote, pero sin decirles que voten. Un proceso rarísimo que parece más de adivinanza que de elección, donde los partidos dicen que no quieren meter las manos… pero ya todos tienen el brazo metido hasta el codo. Así las campañas judiciales versión Chihuahua: todos dicen que no se meten, pero todos ya están dentro.

Y SINIESTRA I... Ahora sí que la política es como las telenovelas: hoy enemigos, mañana “hermanos del alma”. El que andaba muy bravo era Noroña, que hace rato traía a Javier Corral de piñata, acusándolo de que sin la Fiscalía de la CDMX lo agarraban en Chihuahua… ¡y zas! que ahora sale a defenderlo como si fuera virgen de pueblo chico. Resulta que después del encontronazo entre Corral y el empresario Eduardo Almeida —que además fue su compadre y hasta mecenas de campaña—, el Noroña se nos subió a tribuna a exigirle a la FGR que meta al empresario a la cárcel y le quite las medidas cautelares, como si fuera villano de película. Corral, que en sus tiempos libres colecciona pleitos, pidió ayuda a sus escoltas para que lo rescataran del “abordaje” en el aeropuerto, mientras Noroña casi casi exigía protección del Senado como si Almeida fuera un comando armado. Y aunque el empresario jura que no tiene ni una investigación abierta y que fue él el perseguido en los tiempos de Corral Gobernador, el melodrama ya está servido: excompadres, traiciones, escoltas, Senado y una defensa que nadie vio venir. Puro Netflix versión Congreso.