Agricultores de Chihuahua cosechan hortalizas en el desierto con técnicas israelíes
Ciudad Juárez.- En el desierto de Chihuahua, en medio de una de las peores sequías registradas, agricultores han innovado al implementar técnicas israelíes de microaspersión para cultivar hortalizas. Este enfoque les ha permitido cosechar miles de toneladas de calabacitas, chiles, cilantro, cebollas y tomates, los cuales se exportan a Japón y otros países asiáticos.
Javier Meléndez Cardona, productor en Samalayuca, Ciudad Juárez, comentó que antes cultivaban frijol, maíz y algodón, pero ante la necesidad de encontrar cultivos más adecuados al clima extremo, optaron por las hortalizas. Destacó que las condiciones del desierto favorecen la producción de calabacitas, ya que el calor intenso y los cielos despejados incrementan la producción.
"Este año, cuando el calor y las horas de sol han sido muchas, y nos ha llevado a temperaturas arriba de los 40 grados, esto ha favorecido la producción de calabacitas, tan es así, que empezaremos a producir antes del 15 de junio", indicó Meléndez.
En un contexto donde mayo de 2024 fue el más caluroso registrado en México desde 1953, y más de la mitad del territorio mexicano enfrenta algún nivel de sequía, los agricultores de Chihuahua han demostrado que es posible producir alimentos de alta calidad en condiciones adversas. Según el último informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 85.5 por ciento de Chihuahua sufre sequía extrema o excepcional.
Pese a estas condiciones, Meléndez afirmó que exportan sus verduras a Asia. "En Samalayuca se producen 50 toneladas diarias de calabacita, que se distribuyen en el mercado local y la capital de Chihuahua, mientras que el 80 por ciento se destina a Sonora para satisfacer tanto el mercado nacional como el extranjero", explicó.
A lo largo de la temporada de cosecha, los agricultores recolectan aproximadamente 4,500 toneladas de calabacitas y una cantidad similar de otras hortalizas. Gracias a su capacidad para cosechar temprano, pueden exportar con facilidad.
"Si en agosto un japonés abre su refrigerador y encuentra calabacitas, es muy probable que sean de aquí, de Samalayuca", señaló Meléndez.
Los agricultores han adoptado técnicas israelíes para el cuidado del agua, como microaspersión, aspersión, uso de cintilla y acolchado, lo que les permite maximizar el uso del recurso hídrico, crucial en un entorno donde obtener agua es costoso y difícil.
Manuel Barrientos Canizales, otro productor, comentó que viajó desde Durango para trabajar en Samalayuca debido a las excelentes condiciones para el cultivo de hortalizas. "Aquí ya tenemos tiempo sin lluvia, pero todo está verde gracias al riego de pozo y al esfuerzo de los agricultores", afirmó Barrientos, subrayando la importancia de la innovación y el trabajo duro en el éxito de la producción agrícola en el desierto.