Las "consecuencias" de la reunión Trump-Zelensky

Washington.- La reciente reunión entre Volodymyr Zelensky y Donald Trump en la Casa Blanca ha generado una fractura profunda en la alianza occidental. Mientras altos funcionarios estadounidenses insinúan que el presidente ucraniano debería considerar su salida del poder, los líderes europeos intensifican su apoyo a Kiev en un intento por mantener la estabilidad en la región.
El encuentro en el Despacho Oval, lejos de acercar posiciones, terminó con un tenso intercambio en el que Trump y su vicepresidente, J.D. Vance, increparon a Zelensky antes de poner abrupto fin a la conversación. Este episodio ha reforzado la percepción de que la nueva administración estadounidense busca distanciarse del respaldo a Ucrania y acercarse a Rusia, lo que ha encendido alarmas entre los aliados europeos.
En respuesta, el primer ministro británico, Keir Starmer, encabezó una cumbre de emergencia con otros líderes occidentales en Londres, donde Zelensky fue recibido como invitado de honor. En un gesto simbólico de respaldo, el rey Carlos III le concedió una audiencia privada, mientras que Francia y el Reino Unido propusieron una tregua limitada de un mes en Ucrania.
Mientras Europa se moviliza para llenar el vacío dejado por la incertidumbre en Washington, en EE.UU. crece la presión contra Zelensky. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, sugirió que Ucrania necesita un nuevo liderazgo que facilite la paz, mientras que el senador Lindsey Graham, anteriormente partidario de Kiev, cuestionó la posibilidad de seguir trabajando con el actual presidente ucraniano.
A pesar de las crecientes críticas en Washington, los europeos apuestan por fortalecer su propio rol en el conflicto. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, enfatizó la necesidad de convertir a Ucrania en un “puercoespín de acero indigerible” para cualquier agresor. Sin embargo, la gran incógnita sigue siendo si Europa podrá sostener esta estrategia sin el respaldo firme de EE.UU.
El distanciamiento entre Washington y sus aliados europeos marca un punto de inflexión en la geopolítica global. Mientras Trump busca redefinir las relaciones internacionales bajo su propia visión, la estabilidad de Ucrania y la cohesión de Occidente están en juego.