Migración a la inversa: Se van mexicanos a Guatemala por miedo a cárteles
La dinámica de migración en América Latina ha dado un giro inesperado con la reciente llegada de cientos de migrantes desde Chiapas, México, hacia Guatemala. Este fenómeno marca una desviación significativa de las tradicionales rutas migratorias, que históricamente se dirigían hacia Estados Unidos debido a la pobreza y los conflictos armados en la región.
Durante los primeros cinco meses de 2024, el Instituto Nacional de Migración (INM) de México reportó casi 1.4 millones de personas en situación migratoria irregular en el país. De estas, 738,270 eran hombres adultos que viajaban solos, mientras que 362,979 eran mujeres adultas no acompañadas. Los migrantes provenían de 77 países, destacando Venezuela, Guatemala, Honduras, Ecuador y Haití como los principales países de origen.
El fenómeno actual, con migrantes chiapanecos optando por dirigirse hacia Guatemala en lugar de seguir hacia el norte, ha sido descrito como inédito en las relaciones fronterizas entre México y Guatemala. Javier Oliva Posada, doctor en Ciencia Política y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que este cambio en las rutas migratorias es indicativo de una crisis de violencia que ha estado creciendo en la región.
“Este flujo migratorio hacia Guatemala es sin precedentes en las últimas décadas. La falta de acción efectiva por parte de las autoridades locales y estatales ha permitido que esta problemática crezca de manera descontrolada. Esto refleja una profunda crisis que ha sido mal gestionada,” comentó Oliva Posada.
En respuesta a la situación, el gobierno mexicano ha desplegado 450 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército para reforzar la seguridad en la frontera con Guatemala. Este esfuerzo busca controlar el tránsito irregular y proporcionar asistencia a los migrantes.
El INM también ha reportado que el tránsito irregular de personas ha aumentado considerablemente en los últimos años, con una notable presencia de migrantes de países como Venezuela (377,401), Guatemala (209,540), Honduras (144,499), Ecuador (136,699) y Haití (107,432). Este aumento en el flujo migratorio ha generado preocupaciones a nivel regional e internacional.
Oliva Posada subrayó que la responsabilidad principal recae en las autoridades locales, que deberían tener la capacidad de abordar la violencia y las condiciones que están impulsando este desplazamiento forzado. Según él, la falta de acción efectiva y posible negligencia por parte de las autoridades ha agravado la crisis migratoria.
“La situación coloca a México en una posición complicada a nivel internacional, sumándose a la lista de países con migración forzada por violencia. El tráfico de personas se ha convertido en un delito más lucrativo que el tráfico de drogas, exacerbando aún más la crisis,” concluyó Oliva Posada.
Los migrantes de Chiapas, en su búsqueda de refugio, se encuentran actualmente en comunidades de Guatemala, como Ampliación Nueva Reforma en Huehuetenango. Este nuevo patrón migratorio subraya la necesidad urgente de soluciones integrales para abordar la violencia y las causas subyacentes de la migración forzada en la región.