¿Qué tan sano es el "Chocolate del Bienestar"?
- Editor
- 8 abr
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Chihuahua.- El nuevo “Chocolate del Bienestar”, promovido por el gobierno federal como parte de su estrategia para apoyar a productores locales de cacao y ofrecer productos a precios accesibles, ha desatado una ola de críticas por parte de expertos en salud y consumidores debido a su alto contenido de azúcar, grasas saturadas y calorías.
El producto, que se vende ya en las Tiendas del Bienestar —red que reemplazó a las antiguas Diconsa y opera en todos los estados del país—, se presenta en tres versiones: chocolate de mesa, barra tipo golosina y chocolate en polvo.
Tres sellos de advertencia
A pesar de su enfoque social, el producto ha generado controversia por su etiquetado. En el empaque se observan tres sellos negros de advertencia:
“Exceso de azúcares”
“Exceso de grasas saturadas”
“Exceso de calorías”
Estos sellos son obligatorios según la Norma Oficial Mexicana NOM-051, que establece límites para estos ingredientes en productos procesados.
“Es preocupante que un producto impulsado por el gobierno, dirigido a sectores vulnerables, tenga un perfil nutricional tan desfavorable”, señaló Mariana López, nutrióloga de la UNAM.
Defienden su lanzamiento
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum abordó las críticas y defendió el lanzamiento del producto:
“El Chocolate del Bienestar busca fortalecer el campo mexicano, en particular a los pequeños productores de cacao. Sabemos que hay desafíos en términos nutricionales, pero también es una oportunidad para mejorar en futuras versiones del producto”, dijo.
¿Dónde se vende?
El producto está disponible en todas las Tiendas del Bienestar, cuyo modelo tiene el objetivo de ofrecer alimentos a bajo costo en zonas marginadas del país.
Un dilema entre salud y economía
Aunque el proyecto ha sido bien recibido por organizaciones de productores, organismos de salud pública y colectivos por el derecho a la alimentación saludable han cuestionado la coherencia de impulsar un producto con exceso de azúcares en un país con altas tasas de obesidad infantil y diabetes tipo 2.
“No se trata de satanizar el chocolate, sino de cuestionar su formulación. Si el Estado lo promueve, debe poner el ejemplo con opciones saludables”, opinó Juan Rivera, exdirector del Instituto Nacional de Salud Pública.
El debate sigue abierto entre quienes ven en este chocolate una forma de apoyar al campo y quienes advierten que el costo en salud pública podría ser alto si no se replantea su formulación.