Sacerdote Marcelo Pérez era mediador entre grupos criminales y autoridades de Chiapas
San Cristóbal de las Casas, Chiapas — El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, conocido defensor de los derechos de los pueblos indígenas y activista por la paz, fue asesinado a tiros ayer por la mañana en el barrio Cuxtitali de San Cristóbal de las Casas, luego de oficiar una misa. Dos hombres armados a bordo de una motocicleta dispararon en cinco ocasiones contra el párroco, quien murió en el lugar.
De acuerdo con reportes preliminares, los atacantes pertenecían a la organización delictiva "Los Motonetos", un brazo armado del grupo criminal Sentimientos de la Nación, que opera en la región. El Padre Marcelo, de origen tsotsil, había recibido múltiples amenazas de muerte en los últimos años debido a su labor como mediador entre grupos criminales y autoridades, así como por su activismo en favor de comunidades desplazadas.
Su labor como intermediario en conflictos sociales y su participación en la mediación entre el grupo armado "El Machete" y autoridades estatales, tras la desaparición de 19 personas en el municipio de Pantelhó en 2021, lo habían convertido en una figura clave en la lucha por la justicia y la paz en la región. Sin embargo, estas acciones también intensificaron las amenazas en su contra.
El asesinato del sacerdote ha conmocionado a la comunidad católica y a los habitantes de San Cristóbal de las Casas, quienes lo recuerdan como un defensor incansable de los derechos humanos y la dignidad de los pueblos indígenas. Feligreses de las parroquias donde el Padre Marcelo oficiaba misas expresaron su dolor y exigieron justicia a través de redes sociales y vigilias.
Las autoridades locales ya investigan el homicidio, explorando diversas líneas, entre ellas, la posible participación de la delincuencia organizada y rivalidades entre grupos criminales que operan en la zona. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que se están llevando a cabo investigaciones para esclarecer los hechos y dar con los responsables.
La Compañía de Jesús en México condenó enérgicamente el asesinato, exigiendo una respuesta firme por parte del Estado para restaurar la paz en Chiapas, donde el crimen organizado ha generado una creciente ola de violencia. “El crimen organizado ha sembrado miedo y dolor en diversas regiones del país, y Chiapas no es la excepción”, declaró la organización, subrayando la urgencia de atender las demandas de las comunidades afectadas.
El cuerpo del sacerdote fue llevado a la Iglesia de Guadalupe, donde los feligreses lo recibieron con gritos de "¡justicia!".